Cada paciente es una semilla que brota y florece de forma particular, hay algunos que necesitan más agua, otros menos, hay otros que necesitan más sol, otros más sombra, hay quienes necesitan cierta cantidad de nutrientes disponibles en el suelo y así mismo, hay algunos que requieren un poco de abono para darle más potencia a su crecimiento y mayor rendimiento, como también, hay quienes necesitan de un poco de "fertilizante" para limpiarse de posibles plagas, pero el asunto está en que toda planta tiene su ritmo y su propio curso y ese artístico proceso se llama "Psicoterapia". Mi rol como terapeuta es ser un simple “jardinero” que te acompañará y proveerá las condiciones necesarias para que tu plantita pueda crecer acorde a su desarrollo, sin obviar quien eres, sin negar aspectos de ti, sin negar tu propia identidad, muy por el contrario, integrando todo tu ser; tus espacios de luz y de sombra, ambos espacios son sumamente necesarios para que la planta crezca fuerte, así como la lluvia y el sol; la tristeza (vulnerabilidad) y la alegría, emociones necesarias para emerger en la vida…Es por eso que soy un jardinero y no soy un escultor, pues no modelo ni moldeo una obra de arte desde mi, sino que creo un contexto ideal para que tu germines, junto a ti y desde ti….
Y eso es lo maravilloso y el regalo de ser terapeuta, el poder acompañar al paciente en su proceso de florecimiento, no desde el rol de experto, sino que desde la cura, ayudándolo a sanar y a aliviar el sufrimiento o malestar que trae mediante nuevas narrativas o explicaciones que le entreguen mayor bienestar, en donde el paciente será participe activo de su proceso de sanación y de su alivio psíquico...